Piensa por un momento, cuantas cosas han hecho por ti desde el día que naciste… te diré de antemano, que si no recuerdas ninguna es porque eres una persona que no reconoce los meritos que los demás han ganado en tu vida, te crees un gran merecedor. Por el contrario, si has recordado a mucha gente, eres una persona, que al menos en tu mente y corazón reconoces que has llegado al justo momento en el que te encuentras hoy porque algunas personas en el camino te dieron la mano.
Agradecer es una virtud que solamente las personas humildes de corazón pueden desarrollar. Entender que, definitivamente no estamos solos en este mundo, y que por pequeña que sea la situación en la que nos hayan ayudado, o dado alguna oportunidad, es digno demostrar a la/s persona/s que lo hicieron, que tenemos conciencia de lo oportuna que fue/ron en nuestras vidas.